Cien Años de Soledad, de Gabriel García Márquez

Que un joven hable de un libro tan elevado, no debe ser bien visto por los grandes ilustres de la literatura, un premio nobel de mi tierra tendría que ser reseñado por el más calificado crítico, con un mínimo de 40 años de experiencia, pensarían algunos, sin embargo los libros son para todos y poder someterlos a la crítica, reseñarlos, también lo es, nada relacionado con el pensamiento independiente debería ser negado, así lo que se piense sea una total mierda… de pronto usar la palabra mierda para hacer una reseña sobre Cien Años de Soledad no sea del todo correcto, sin embargo Gabo no era del todo sofisticado y no le molestara, o al menos eso pienso, quizás me visite para advertirme que he perturbado su sueño eterno gracias a lo que sigue.


Me pregunto si todos los habitantes de Aracataca desde que salió esta obra al día de hoy la han leído, debería ser obligación, que al conocer a alguien en ese pueblito se comenzara una conversación preguntando ¿Qué parte es la que más recuerdas del libro?, así comenzaría, se especularía el por qué esa parte fue la que llamo más la atención y si de pronto tiene conexión con la triste realidad. El saludo debería ser "Buendía" y que todos rieran un poco porque es una palabra que trajo al mapa tal pueblito. De pronto alguien se cree descendiente perdido de algún personaje de la novela. Pasear por las calles he imaginar que todo eso ocurrió allí, debe ser la cita perfecta.


Cien años de soledad es una fantasía real muy bella de la cual sin mucha clase y elegancia en sus líneas te sientes un poco más sofisticado, pues el mundo evoluciona y tú también lo tienes que hacer a medida que pasas páginas y esto te hace sentir a la vanguardia. Narra la historia de un pueblo, Macondo, centrándose en una familia, los Buendía, familia cuyo destino era ser siempre los protagonistas para bien o para mal, nunca un Buendía pasaba desapercibido, con esta familia con la cual quisieras convivir un poco, solo un poco, vivirás historias bastante peculiares con ellos, también la historia de un país que se veía envuelto en conflictos, confrontaciones y eventos que jamás se olvidaran. El crecimiento y cambio que sucedía en el pueblo que habitaban los Buendía se lograba gracias a la integración de nuevos ingredientes, ya sea tecnología, personas, ideales, sentimientos, es una novela muy completa, que llega a abarcar casi cualquier temática que te llegases a imaginar (quizás no).

No sé con qué fin y no creo que haya alguno en particular del por qué fue escrita esta novela, y seria abusivo de mi parte designar alguno, sin embargo esta obra es claro ejemplo de lo que puede asechar la cabeza de un artista, un real artista, que no se olvida del mundo real, ya que lo integra a su fantasía de forma maestra. Algunos libros de Gabo llegan a tener una temática más clara, un conflicto bien marcado, sin embargo y con ese final que nos hace tener dudas de si era el que merecía la obra o simplemente la demencia se apodero del escritor para acabarla así. Este libro, Cien años de soledad, puede ser el libro que quizás leas y te sientas satisfecho durante un par de días, ya que tendrás mucho que pensar, en definitiva una obra que se merece todos los honores de ser premio nobel, a pesar de que Gabo no sea sutil ni sofisticado en muchas ocasiones, quizás eso también es parte del encanto de esta gran novela.

Lo recomiendo demasiado, pensé escribir una reseña señalando detalles con el que el colombiano se siente identificado, dar detalle a detalle el sentido de algunas cosas que los de afuera no entenderían, sin embargo eso es parte de la magia de este libro, que al ser de mi tierra lo hago más propio lo siento aún más vivo, y describir todo esto es como intentar querer a una persona por lo que pienso de ella y no por lo que realmente es, es la personalidad de un libro que adopta la de toda una región lo que me cautivo en parte a mí, y aunque no sea esto lo que llegue a llamar tu atención no dejara de coquetearte para que sigas a la siguiente página.

Comunicador gráfico...Disfruto del silencio, aprecio la soledad... Escucho, escribo, leo, dibujo... Pienso excesivamente más de lo que actuó... Aún quiero cambiar el mundo... Justifico hacer estupideces con mi juventud... A veces me siento viejo... Me contradigo mucho, pero con sentido...

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